[Lac] Magnífico el "bestiario" de BB

Marÿffffeda del Carmen Moreno Vÿffffe9lez mariamorenovelez at yahoo.es
Sun Sep 26 00:19:06 BST 2004


¡Ehhh Diego! Millones de gracias por propiciarnos la lectura de este magnífico "Bestiario" de B.B.
Saludos. María del C

Diego Saravia <dsa at unsa.edu.ar> wrote:
ya que Beatriz se puso de moda en algunas listas, seria interesante rescatar 
otro de sus articulos

http://bo.unsa.edu.ar/docacad/softwarelibre/articulos/bestiario/







Bestiario de la Sociedad de la información
Slogans, cliches y sus peligros inminentes
Beatriz Busaniche
busaniche at velocom.com.ar

"Jamás hubo semejante posibilidad de conocimiento y semejante probabilidad de
oscurantismo" Boris Ryback.

Desde hace algunos años se ha impuesto tanto en medios de comunicación, en
organismos internacionales, en ONGs como también en círculos académicos, la
idea de que las nuevas tecnologías de información y comunicación (TICs) y el
ingreso a la denominada "sociedad de la información" traerán aparejada una
mejora en la calidad de vida, el desarrollo y el bienestar de la humanidad.
Hasta las Naciones Unidas se han hecho eco de semejante postulado y desde hace
varios años se trabaja en el marco de la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de
la Información, con miras a reducir la denominada brecha digital y a cumplir
las metas de desarrollo del milenio. 1

Sin embargo, el hecho de que las TICs en si mismas mejoren la calidad de vida
de las personas no está comprobado de ninguna manera en tanto no se saneen
previamente las brechas sociales fundamentales: la pobreza, el hambre, el
analfabetismo, las pandemias.

Pese a esta reflexión que suena más bien a sentido común, el camino que
estamos recorriendo en los últimos años en relación a estos temas está plagado
de tecnoutopias que fomentan la construcción de clichés y frases hechas que se
presentan como hecho en la pretendida “nueva sociedad”.

La historia del proyecto de “Sociedad de la Información”, como bien dice
Armand Mattelart2, tiene varios capítulos desde que en 1975 la OCDE adoptó el
concepto. Pasó por varias ideas como las “autopistas de la información”,
pasando por el proyecto de National Information Infraestructure de los EEUU, y
luego por las iniciativas de la Unión Europea en el mismo sentido. En 1995, en
Bruselas, los miembros del Grupo de los 7 ratificaron el concepto de “global
society of information” que se vería impulsado definitivamente a partir de la
cumbre de Okinawa del 2000.

Es particularmente importante detenerse en los documentos de Okinawa. La
cumbre del G8 realizada en Japón emitió la “Carta de Okinawa sobre la Sociedad
Global de la Información”3. Esa carta estableció la “agenda” de la “sociedad
de la información”, e incluyó la creación de la Digital Oportunities Task
Force, una fuerza de trabajo integrada por gobiernos, corporaciones y algunas
organizaciones no gubernamentales invitadas para establecer un plan de acción
basado en la carta de Okinawa.

Este trabajo no pretende analizar esos documentos. Sin embargo, recordar su
existencia y lineamientos es imprescindible para entender por qué se han
impuesto en el discurso de la “sociedad civil”, y luego, incluso y a fuerza de
reproducción constante en los medios masivos de comunicación en el sentido
común, algunos de los clichés que conforman el “imaginario sobre la sociedad
de la información”.

El propósito de este trabajo es justamente presentar y someter a crítica
algunos de estos clichés que van en sintonía con muchos de los conceptos
desplegados en la carta de Okinawa. Desenmascarar estos clichés es el primer
paso para dejar de reproducirlos.

Cada uno de los temas apenas esbozados en este trabajo merece un ensayo en si
mismo, por las implicancias de cada uno tanto en términos sociales, económicos
como jurídicos. Este breve “bestiario” sólo pretende iniciar una discusión,
despertar sospechas e invitar a pensar críticamente sobre las palabras que
poco a poco van entramando nuestro imaginario e impregnan nuestro sentido común.



Slogan Nro1: "La ruta desde la pobreza hacia el empoderamiento comienza con el
click de un mouse." 4

Créase o no, expertos en el área de “sociedad de la información” publican este
tipo de afirmaciones en revistas especializadads. A los hechos me remito. Este
cliché sintoniza perfectamente con la Carta de Okinawa ya citada y
fundamentalmente entronca con los documentos de la Cumbre Mundial sobre la
Sociedad de la Información. El intento de Informatizar la pobreza no propone
soluciones concretas para el problema real y concreto: la pobreza y la más
injusta distribución de la riqueza de la cual la humanidad tenga memoria.

Por su parte, el Plan de Acción de la CMSI presenta como premisas los
objetivos de conectar todas las aldeas del planeta, todas las escuelas del
planeta, llevar computadoras, cables y conectividad a todos los rincones del
globo. Esto, presentado así, no es más que un redireccionamiento de fondos de
financiación de las agencias de cooperación, los organismos internacionales y
los gobiernos hacia el sector privado y las escasas cinco o seis empresas
globales capaces de efectuar semejante titánica tarea. Sin contar que la
mayoría de los gobiernos se endeudarán a partir de créditos otorgados por los
organismos internacionales, justamente, para informatizar la pobreza.

Lo que es más grave es que estos postulados que se podrían encuadrar dentro
del “reclamo por infraestructura” no provienen solo del sector de las grandes
corporaciones, que es en definitiva el principal beneficiado, sino que vienen
justamente de muchas organizaciones de la sociedad civil y de un gran
porcentaje del sector académico que se hacen eco de la tecnoutopia reinante de
que las computadoras fomentan el “empoderamiento” de las poblaciones
marginadas. (Sea lo que sea que signifique la palabra “empoderamiento”).

Por otro lado, nos enfrentamos al dilema de que ignorar la revolución de las
comunicaciones y los cambios que trae aparejados en el mundo del trabajo, las
relaciones sociales, la educación y la libre distribución de conocimiento nos
dejaría aún más rezagados entre las naciones del planeta. Entonces nos
encontramos ante la exigencia de hacer una valoración crítica y planear
estratégicamente el uso de las nuevas tecnologías de información y comunicación.

No se puede afirmar que el uso de TICs elimine la exclusión, pero si es
altamente probable que su “no apropiación” sí la fomente. Estamos en un mundo
que tiende cada día más a la automatización mientras que la red internet
supone la mayor redistribución de conocimiento jamás vista por la humanidad y
pone al alcance de las comunidades y las personas una herramienta potente de
comunicación. Pero el real aprovechamiento de esas potencialidades no viene
dado por el mero hecho de “acceder a la computadora”, sino más bien por la
capacidad de las personas de hacer un uso significativo de esta nueva forma
cultural.

Por lo tanto, es impescindible analizar el impacto de los planes y programas
de “conectividad”, analizar los entornos donde se van a instalar los centros
de “acceso” y trabajar el uso de TICs con una visión que incluya las
problemáticas de la pobreza y la marginación, sin olvidar un análisis previo
de la infraestructura existente. No sólo se trata de comprar computadoras y
llevarlas a las localidades más remotas y/o marginadas, sino evaluar
previamente las condiciones en las que se instalará un punto de acceso en
materia de energía, arquitectura y necesidades sociales de la localidad.

Esto implica establecer políticas de mediano y largo plazo en materia de TICs,
educación, ciencia y tecnología y no simplemente reclamar y mantener planes de
conectividad de corto plazo.

Slogan Nro. 2: "Las personas que no accedan a nuevas tecnologías de
información y comunicación, para el caso, computadoras e internet, están
condenadas a ser analfabetos digitales" / "la alfabetización informática es
aprender a usar computadoras".

Hay varios planos diferentes para plantear este problema. En primer lugar,
dejar aclarado que la instalación de infraestructura informática no soluciona
por si misma el problema del analfabetismo en un mundo donde hay 800 millones
de personas que no han adquirido las competencias básicas de escritura,
lectura y comunicación para ser consideradas como personas alfabetizadas.

Por otro lado se debe entender a qué se denomina “analfabetismo digital”, un
concepto popularizado para describir a las personas que no saben “usar” una
computadora.

La incorporación acrítica de nuevas TICs en el mundo educativo, incluso puede
tener un severo impacto negativo, sobre todo en los casos en los que la
incorporación se realiza basada en software propietario.5 En esos casos, la
inclusión de software propietario fomenta una visión oscura de la informática,
donde los niños no pueden ejercer su curiosidad y derecho de aprender cómo
funciona la computadora, sin infringir los términos de uso y las licencias del
software. El uso de software propietario en educación contradice los
postulados básicos de la educación fundada en la libertad y la cooperación.

La alfabetización informática real no es aprender a “usar” una computadora o
un determinado programa, sino esencialmente, comprender el lenguaje cultural y
comunicacional que subyase a la misma. El software es la técnica cultural de
la nueva era, y por tanto, para ejercer el Derecho Humano al libre acceso a la
cultura que promulga la Declaración Universal de los Derechos Humanos en su
artículo 276 es necesaria una toma de conciencia sobre las implicancias
sociales y culturales del lenguaje computacional.

Incluso, personas que acceden a Internet y al mundo de las computadoras,
siguen siendo en muchos casos "analfabetas digitales" en tanto no han
aprendido la nueva técnica cultural de la era digital. Una verdadera
alfabetización informática no pasa por el uso de un procesador de texto y de
una planilla de cálculo, sino por la comprensión, incluso lingüística, de la
técnica cultural y comunicativa que representa el software en la actualidad.
En un mundo donde el código es la ley y la arquitectura de información
determina lo que podemos o no podemos hacer o decir7, el conocimiento de ese
código es fundamental para una ciudadanía democrática. ¿Quién escribe el
código que cada día regula más aspectos de nuestra vida? Una educación que
pierda esto de vista pone en riesgo nuestra potencialidad e hipoteca nuestra
voluntad ciudadana en el presente y el futuro. 8

Veamos este tema con un poco más de detalle ya que es crucial. El proyecto de
“sociedad global de la información” propone llevar alcance informático a todas
las aldeas del planeta y fomentar las iniciativas de e-gobierno. Es decir, que
se planea un mundo informatizado. Sin embargo, nadie habla sobre el control de
esas computadoras.

Volvamos al concepto: “el código es la ley”, en este caso, el código
informático, el texto escrito que le da instrucciones a una computadora. En un
mundo informatizado y automatizado al extremo, cada vez más, serán las
máquinas las que “decidan” a partir de las instrucciones redactadas en código,
qué es lo que las personas podemos o no podemos hacer o decir.

El código cada día más se nos impone como ley “no negociable” (nadie puede
tratar de convencer a un cajero automático de que le entregue dinero si el
cajero lo niega, el código, basado en determinadas variables entrega o no el
dinero, y allí no hay emergencia, diálogo o negociación posible).

Saber quién escribe ese código y cómo está escrito es crucial en términos de
independencia, libertad y derechos ciudadanos. Imaginemos un mundo en el cual
el código sea el que nos permita entrar o salir a nuestro trabajo, votar
nuestros representantes en el gobierno, pagar nuestros impuestos, estudiar,
dar exámenes, recibir atención médica sanitaria, expresarnos, opinar... etc,
etc, etc. Por si esto suena exagerado, valga recordar que los proyectos y
documentos de “sociedad de la información” del G8 y de la Cumbre Mundial sobre
Sociedad de la Información hacen especial hincapié en políticas de e-gobierno,
e-aprendizaje, e-salud y demás proyectos “e”.

La información de los Estados, información que por ley el Estado recopila y
almacena de sus ciudadanos, no puede estar bajo formatos y programas
redactados con código que el propio Estado y la ciudadanía no sea capaz de
fiscalizar, y mucho menos, con código redactado por alguna corporación de
algún otro país. Entregar la potestad del control de la información y las
bases de datos de un Estado es la peor pérdida de soberanía que un gobierno
puede efectuar y que de hecho efectúa.9

La proyección más peligrosa pero realista que se puede hacer frente a las
negociaciones que se llevan a cabo en esta materia nos presentan un escenario
futuro de control cada vez más estricto sobre nuestra acción ciudadana. Un
mundo informatizado a extremos, con sistemas informáticos desplegados a lo
largo de todo el planeta y una pequeña elite corporativa escribiendo las leyes
que controlarán a las computadoras que controlarán a las personas que de ellas
dependan para acceder a servicios básicos, educación, trabajo, o sencillamente
relacionarse con sus gobiernos a través de lo que se está diseñando como
estrategias de e-gobierno.

En tanto no se entienda esto como riesgo y se adopten las medidas preventivas
apropiadas, vamos camino al mundo del Gran Hermano y lo que es peor, a pedido
de muchas organizaciones de la sociedad civil que no contemplan estos temas y
que se presentan preocupadas por la brecha y la exclusión digital.

Visto así y en el actual contexto, la única medida preventiva en este caso es
que el software sea libre, que cada Nación soberana base la educación de su
ciudadanía en una formación básica esencial para comprender y participar
activamente en la redacción de sus códigos/leyes y que las Universidades (al
menos las públicas) basen la educación de los profesionales de la informática
exclusivamente en software libre.10

Slogan Nro. 3: - "A mayor acceso a la información, más democracia".

La sobreabundancia de información, hiperinformación, no necesariamente
contribuye a una sociedad más democrática, más bien puede tener efectos
contrarios. En tanto no se reconozca, fortalezca y la ciudadanía revalide y
ponga en marcha su derecho a la comunicación y a la libertad de expresión,
incluyendo allí la libertad de expresión vinculada al trabajo de programadores
y hackers en lenguaje informático libre, no podremos construir una sociedad
más democrática.

La instalación de centros de acceso a internet sin que las personas se
apropien realmente de las nuevas tecnologías de información y comunicación no
hace más que fomentar el "consumo" de información y NTICs sin que eso
necesariamente se traduzca en mayor democratización. Incluso, la instalación
acrítica y no planificada de estos puntos de acceso, sin involucramiento pleno
de las comunidades destinatarias, puede provocar un fuerte impacto negativo
sobre la cultura local.

Por su parte, es claro que el uso de software propietario o privativo11 no
fomenta una real apropiación de las nuevas tecnologías de información y
comunicación, en tanto mantiene oculto y jurídicamente inviolable el mecanismo
de funcionamiento del sistema, impide compartir las aplicaciones bajo pena
judicial y obstaculiza la acción de estudiar y profundizar en la investigación
de los sistemas. Sin contar los riesgos de plagar un país de computadoras cuyo
control esta absolutamente fuera del alcance de quienes las utilizan y que
llegado el caso responderán las órdenes de quien programó el software y no a
sus verdaderos dueños. El control de una computadora siempre,
irremediablemente, estará en manos de quien escribe y por tanto domina el
software al que responden las máquinas. No hay computadora capaz de negarse a
hacer lo que su software le indica, y ese software, en tanto sea privativo y
cerrado, será un software desarrollado como caja negra, inviolable, imposible
de estudiar y fiscalizar que responderá a la empresa que lo haya desarrollado.

Por otro lado y en paralelo a esta discusión sobre internet, las computadoras
y el software, existe todo un cúmulo de tecnologías de comunicación no basadas
en Internet que son esenciales para la democratización del conocimiento y la
información. En esto, la democratización del espectro radioeléctrico y los
medios comunitarios, especialmente las radios, son factores clave de
participación ciudadana en el ámbito de las comunicaciones. No en vano, estas
cuestiones están fuertemente rezagadas en la agenda de debates sobre la
sociedad de la información previstos por el G8.



Slogan Nro. 4:- "Existen nuevos delitos que es necesario legislar y modificar
el código penal para construir una sociedad de la información más segura".

No existen ciberdelitos, existen delitos. Con la excusa de los ciberdelitos y
el ciberterrorismo, algunos gobiernos y corporaciones hacen cabildeo para
legislar en favor de la aplicación de regímenes jurídicos de control más
estrictos sobre toda la ciudadanía. La utilización de nuevas tecnologías para
secuestros y atentados (sean teléfonos celulares, páginas web o correo
electrónico) es parte del cambio que estamos viviendo, pero pretender
instaurar un régimen de control sobre las comunicaciones de toda la ciudadanía
en nombre de la ciberseguridad es una flagrante violación a los derechos
humanos. Vigilar a toda la ciudadanía es romper con la garantía esencial de
que toda persona es inocente de delito hasta tanto se pruebe lo contrario12.

La pregunta concreta es: ¿cometer delitos tradicionales bajo formas no
tradicionales justifica la creación de nuevas figuras penales? Es decir,
¿cometer una estafa utilizando un sitio web es diferente que cometer una
estafa utilizando alguna otra metodología? ¿Coordinar un ataque terrorista a
través de redes de e-mails es una forma diferente denominada ciber-terrorismo
o es sencillamente terrorismo?

Existe una fuerte discusión alrededor de esto. ¿Es necesario crear nuevas
figuras penales? La ONU considera que si y ha emitido una serie de documentos
clasificando los delitos informáticos según su tipo en: fraude, falsificación
y sabotaje.

Al menos así lo indica el documento presentado en el marco del Décimo Congreso
de las Naciones Unidas sobre Prevención del Delito y Tratamiento del
Delincuente Viena, 10 a 17 de abril de 2000.13

Esos documentos de Naciones Unidas indican que “dado que las computadoras y
las redes pueden ser objeto a la vez de uso legítimo y de uso ilícito, se
impone la conclusión de que entre quienes exploran las oportunidades del nuevo
medio hay personas y grupos impulsados por motivos delictivos.” Es extraño que
los expertos que trabajan estos temas no analicen este tipo de afirmaciones
desde el más llano sentido común: todo entorno humano puede ser objeto a la
vez de uso legítimo y de uso ilícito (valga como ejemplo sencillo el
automóvil, usado infinidad de veces para cometer actos ilícitos y millones de
veces para usos legítimos, sin embargo, no se ha tipificado como crimen la
figura de “asesinato mediado por automóvil” ni se han abierto capítulos de
discusión sobre “delitos automotrices”).

La ONU expresa que “por delito cibernético se entiende todo delito que puede
cometerse por medio de un sistema o una red informáticos, en un sistema o una
red informáticos o contra un sistema o una red informáticos. En principio, el
concepto abarca todo delito que puede cometerse en un medio electrónico. En
este marco, la palabra delitos denota formas de comportamiento generalmente
definidas como ilegales o que probablemente serán declaradas ilegales en breve
plazo”.

Entre las especificaciones que plantea la ONU aparecen dos subcategorías de
delitos informáticos:

a) el delito cibernético en sentido estricto, o delito informático, que
contempla todo comportamiento ilícito que se valga de operaciones electrónicas
para atentar contra la seguridad de los sistemas informáticos y los datos
procesados por ellos, y

b) delito cibernético en sentido lato (delito relacionado con computadoras),
que incluye todo comportamiento ilícito realizado por medio de un sistema o
una red informáticos o en relación con ellos, incluidos los delitos como la
poseción, el ofrecimiento o distribución ilegales de información por medio de
un sistema o una red informáticos.

Veamos algunas cuestiones puntuales. La poseción, ofrecimiento o distribución
ilegal de información incluiría seguramente la copia ilegal de contenidos

=== message truncated ===
		
---------------------------------

-------------- next part --------------
An HTML attachment was scrubbed...
URL: http://mailman-new.greennet.org.uk/pipermail/lac/attachments/20040926/775f8174/attachment.html


More information about the Lac mailing list